Dos parejas oriundas de Las Heras ingresaron a una casa del barrio San Jorge y atacaron a un hombre de 87 años. Les sustrajeron dinero y otros elementos y escaparon. Hubo persecución. Policías secuestraron un arma y recuperaron el botín.
Un asalto con víctimas lesionadas. Robo de dinero y objetos de valor. Persecución y un par de policías que terminaron cruzando una movilidad para evitar que los autores del ataque escaparan con todos los elementos sustraídos en el auto que se movilizaban, un Fiat Palio rojo. Uno de los malvivientes, el que conducía el rodado, portaba un arma tipo pistola calibre 22 con bala en boca, la que descartó en una acequia cuando se vio acorralado por los uniformados de la Comisaría 57ª de El Bermejo, quienes lograron terminar con la carrera delictiva sin que resultaran lesionados.
El hecho de inseguridad ocurrió este sábado por la mañana, y los malvivientes, que terminaron a disposición de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos, fueron identificados como dos hombres y dos mujeres oriundos de Las Heras. Todos quedaron en la mira por otros casos similares en la zona. Investigadores consultados por este diario señalaron que, al parecer, se trata de “un grupito que ya cometió actos similares este año”.
La historia tuvo su inicio unos minutos antes de las 10, cuando la gavilla ingresó a un domicilio del barrio San Jorge –ubicado en la citada localidad guaymallina– y atacó a un catamarqueño de 87 años en el ingreso de su hogar cuando llamaron a la puerta, y a su hija, oriunda de San Juan, de 54 años. Las víctimas fueron amenazas y golpeadas y tuvieron que recibir asistencia médica.
Al octogenario le dieron un cachazo en la cabeza segundos después de ser abordado en su domicilio de la manzana D y a su hija la atacaron mientras dormía. Ambos fueron encerrados en una habitación mientras los ladrones actuaban con toda la propiedad a su disposición.
Lo cierto es que los cuatro detenidos fueron identificados por fuentes judiciales consultadas por El Sol como Geremías Galiana (35) y Jonathan Martínez (26) –ambos con domicilio en el barrio 30 de Octubre de Las Heras– y María Tapia (28) y Yianella Vargas (22), oriundas de los complejos Santa Teresita y el Belgrano, de ese mismo departamento.

El cuarteto, detallaron las fuentes, iba a ser imputado por robo agravado por ser en poblado y en banda, además de otras calificaciones por las lesiones que provocaron y el arma apta para el disparo que portaba uno de ellos.
La reconstrucción que realizaron los policías señala que, a las 10.06, ingresó el llamado de un vecino del barrio San Jorge al Centro Estratégico de Operaciones (CEO) contando que había observado a cuatro personas en un Fiat Palio –describiendo que el conductor estaba con un arma– que se daban a la fuga luego de salir de un domicilio de la manzana D. Efectivamente, dos parejas de malvivientes acaban de perpetrar un asalto a un hombre y a su hija. Uno de los sujetos esperaba en la puerta haciendo de campana.
De la propiedad, previo a golpear y encerrar a las víctimas en una de las habitaciones de la casa, se llevaron 56.000 pesos, un televisor, una notebook, una guitarra criolla con su funda, medicamentos, prendas de vestir y dos teléfonos celulares, entre otros elementos de valor.
Con las características aportadas en la alerta al 911, la fuerza alertó por frecuencia sobre la huida de los sospechosos. A los pocos minutos, uniformados que se movilizaban a unos dos kilómetros de la escena realizando tareas operativas en la camioneta 3.532 de la Comisaría 57ª, visualizaron al Fiat Palio rojo en el interior del barrio Villa Paquita. Los efectivos dieron la voz de alto, pero los sospechosos aceleraron.

Esto dio inicio a una persecución que se prolongó durante algunos minutos. Tomaron por calle Guido, a los pocos metros los dos policías que venían con las balizas y la sirena a todo lo que da cruzaron la patrulla y el conductor del Palio perdió el control de volante. No pudo continuar con el escape porque se incrustó en una acequia.
En ese momento, cuando los policías estaban en inferioridad numérica y pedían refuerzos, uno de los varones descartó el arma de fuego que portaba y otro intentó esconder el dinero robado en un paragolpes del Palio.
En el lugar de la detención se vivieron momentos de tensión durante algunos minutos. Los policías sacaron sus armas reglamentarias y apuntaron a los detenidos mientras se encontraban reducidos, debido a que existía la posibilidad de fuego cruzado. Sin embargo, la situación se controló cuando detectaron que la pistola que portaban se encontraba en una acequia camuflada entre unas hojas.
La pistola, una Bersa calibre 22 con número fabril limado, tenía cinco proyectiles en el cargador y uno listo para ser disparado. En cuestión de minutos, el sitio se llenó de agentes y las dos mujeres fueron trasladadas a la Comisaría 45ª.
Por su parte, los varones quedaron alojados preventivamente en la 25ª. Todos iban a pasar al penal este lunes o martes. El botín, que fue recuperado en su totalidad, también quedó a disposición de la Justicia.
Diario Uno
