No antes de mediados del 2024, Impsa puede volver a ser 100% privada. La multinacional mendocina se prepara para cumplir 2 años desde el salvataje financiero que convirtió al Estado argentino y la provincia de Mendoza como principales accionistas y controlantes, con la cercana posibilidad de que el Estado deje la empresa más temprano que tarde.
«A fines de abril la empresa salió a buscar socios con una presentación ante la Bolsa y el Mercado de Valores. Como toda empresa con deudas tiene un primer paso para dar: que los acreedores privados puedan capitalizarla. Cuando se cierra esa etapa deben salir a atraer inversores privados», reseñó el ministro de Economía de Mendoza, Enrique Vaquié.
La presentación ante la CNV (Comisión Nacional de Valores) el 28 de abril fue la largada de la carrera hacia la nueva «privatización». Un sendero que llevará, según estiman desde el seno del directorio, «alrededor de un año o año y medio», entre ambas fases (luego de ofrecer acciones a los acreedores, hacer lo propio con el resto del mercado), al cabo de 23 meses desde su estatización.
Para el CEO de Impsa, Gabriel Vienni «en este tiempo la colaboración entre Nación y provincia de Mendoza permitió ordenar la compañía, con un manejo muy austero también. Pese a la presencia del Estado, la empresa sigue trabajando con la misma cantidad de gente, que tiene mucha capacidad técnica y la conoce bien».
«Alcanzamos el equilibrio operativo»
La novedad empieza a tomar cuerpo tras la firma de un contrato por el cual Impsa proveerá a la bioplanta del Iscamen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza) un nuevo equipo de irradiación para esterilizar insectos, principal técnica de combate de plagas como Mosca del Mediterráneo, con una inversión total de u$s 11 millones hasta fines de 2026 (ver aparte).
Para el presidente de Impsa, para hacer posible la nueva reestructuración de la compañía mendocina el principal logro se dará este año.
El 2 de junio del 2021, el presidente Alberto Fernández y el gobernador Rodolfo Suarez habían firmado en una visita a la planta de Godoy Cruz el acuerdo. Así, la Nación pasó a poseer 63,7% del paquete accionario de Impsa mientras que Mendoza se quedó con 21,2%.
«El balance es muy positivo: visité por primera vez la planta a mediados del 2022, y recorrerla hoy es ver las tres naves a full de trabajo, con proyectos de oil & gas, energías renovables y ahora el Iscamen. Eso ayuda a que por primera vez en 12 años Impsa pueda alcanzar el equilibrio operativo, gracias a contratos por un valor que supera lo logrado en este tiempo», aseguró Vienni.
Hacia adelante, para el ejecutivo el conseguir nuevos socios en los plazos previstos «dependerá de que sigamos por la buena senda, y del apetito que tenga el mercado de volver a sumarse a Impsa. Estamos dando los pasos necesarios para eso».
Balance oficial
Por su parte, Vaquié valoró que, desde que la provincia de Mendoza posee el 21,2% del paquete accionario «el principal indicador de que ha ido bien y no mal es que nunca más pusimos plata. De seguir teniendo problemas la empresa deberíamos haber ido nuevamente a la Legislatura a pedir más dinero, algo que no se hizo».
Además, para el ministro «una empresa que funciona paga impuestos provinciales y nacionales, que vuelven en parte a Mendoza a través de la Coparticipación Federal. Así, en poco tiempo más la provincia habrá recuperado el capital invertido en Impsa».
Por último, el balance oficial también incluye al plantel de 700 trabajadores que siguen activos. Y la posibilidad de sostener al entramado de pymes contratistas de Impsa.
«De no haber intervenido en ese momento, cuando no estaban cobrando sus sueldos, probablemente Impsa hubiera quebrado. Del mismo modo, todas las empresas que trabajan para la firma no tendrían más actividad. ¿Faltan cosas para hacer? Sin duda, pero Impsa está funcionando sin el aporte de la Nación ni de la Provincia», resumió Vaquié.
Plagas y salud pública: el proyecto de u$s 11 millones
Sin embargo, antes de negociar las acciones que la Provincia tiene como socia de la actual Impsa, quiere dejar en marcha al menos 2 proyectos.
Uno de ellos, tal vez el principal, es la construcción de la represa hidroeléctrica El Baqueano, tras el fracaso de la mega apuesta a Portezuelo del Viento. Y con la firma de un segundo contrato desde ayer con el Iscamen, va por el segundo: proveer de energía y equipos de esterilización la bioplanta que produce material para el combate de plagas.
El proyecto incluye adaptar las instalaciones de la planta y construír el nuevo irradiador en 40 meses. El presupuesto suma unos u$s 3,2 millones, entre el diseño y puesta en marcha de un irradiador de cobalto más moderno (u$s 1,9 millones aprox) y las refacciones edilicias necesarias (otros u$s 1,3 millones).
Todo eso es parte de un plan global que terminará en un desembolso total de u$s 11 millones, incluida la construcción de un parque solar de 5 mil paneles para abastecer de energía a la renovada bioplanta.
«Es muy importante, porque el nuevo irradiador nos va a permitir duplicar la producción, con 500 millones de insectos estériles y algo inédito: por primera vez en 25 años de vida, Iscamen pondrá un pie en la salud pública. Actualmente exportamos material biológico a Chile y Bolivia, y avanzamos con 7 países incluido Colombia», detalló el presidente de Iscamen, Alejandro Molero.
Para tener una referencia de la escala alcanzada, un 7% de la producción de la bioplanta cubre la demanda de Chile. Desde el complejo también salen envíos para el tratamiento de plagas en el Alto Valle de Río Negro, entre otras zonas productivas de la Patagonia.
Fuente: Sitio Andino
